
Se caracteriza por hablar sin tapujos y con holgado sustento económico. En tiempos donde arrecia el deterioro institucional, un déficit fiscal fuera de control y un empresariado sediento de privilegios tributarios, Luis Arias Minaya — exjefe de la Sunat y exvicepresidente del Banco Central de Reserva — alerta del irresponsable manejo fiscal del gobierno de Dina Boluarte, cuyas consecuencias castigarán a las próximas administraciones. Afirma que ‘jalaría’ a todos los ministros de economía de este régimen, incluyendo al recién nombrado Raúl Pérez-Reyes, a quien califica de «incompetente en política fiscal» al aceptar alegremente que los ingresos del gobierno se reduzcan en S/10.000 millones. Además, desmiente al otrora ministro José Salardi, tan preciado por los gremios corporativos, quien aseguró que «dejaba la casa (MEF) ordenada».
Luego de salir de la recesión en el 2023, la economía peruana tuvo un primer trimestre 2024 regular y ahí empezamos un mejor crecimiento bordeando el 4%, que se ha mantenido en el primer trimestre de este año en base al crecimiento del consumo. La inversión privada está mejorando, pero se viene sosteniendo en base a una política fiscal expansiva muy fuerte como el crecimiento del consumo público y la inversión pública. Es verdad que hemos salido de la recesión y el crecimiento se ha empezado a acelerar, pero lo que debemos preguntarnos es si este crecimiento será o no sostenible en el tiempo. Y mi percepción es que va a ser difícil que podamos sostener estas tasas de crecimiento en el futuro, por dos razones.
La primera, porque esta política fiscal expansiva ha llevado a un crecimiento del déficit fiscal fuera de regla y en algún momento vamos a tener que ajustarnos los cinturones. Y la segunda, porque estamos ingresando a un escenario ya casi electoral, y eso va a aumentar la incertidumbre. Entonces yo esperaría que en el segundo semestre de este año no vamos a poder mantener las cifras de crecimiento que hoy estamos mostrando.
En materia de política fiscal, el actual régimen sale jalado. En primer lugar, a lo largo de todo este periodo, el Congreso de la República ha venido otorgando una serie de exoneraciones y beneficios tributarios. En segundo lugar, hubo un fallo muy controvertido del Tribunal Constitucional que otorgó una condonación de deudas tributarias a empresas grandes que litigan con el Estado, y además aprobó lo que yo he llamado una amnistía permanente. Es decir, cuando la deuda de una empresa que litiga con el Estado, llega al Poder Judicial, automáticamente deja de acumular intereses. Eso es un incentivo perverso al litigio, y por lo tanto a la baja recaudación.
El tercer elemento que hemos visto por parte del Tribunal Fiscal, es que aprueba resoluciones que son muy controvertidas. En el caso de un litigio que el Estado peruano ha tenido durante varios años con empresas chinas, falló a favor de estas empresas mineras, señalando un argumento ridículo de que el objetivo de estas empresas no era generar beneficios.
Ahora ya, recientemente, esta ley que aprobó el Congreso, de disminuir (de 18% a 16%) el IGV que cobra el gobierno central, para compensarlo con un aumento del impuesto de promoción municipal que está destinado a los gobiernos locales. Esto es una medida muy grave en varios aspectos. El principal es que reduce recursos del gobierno central hacia adelante y de manera permanente a valor actual son S/10.000 millones anuales.
Ese es un efecto dañino para las finanzas públicas del país porque es populista, y no se ha dicho cómo se va a financiar. Días después, el ministro de Economía Pérez Reyes anunció que elevaba el techo del déficit fiscal. Es evidente que, si anuncia una elevación del techo para este año, la va a elevar para los años siguientes también. Este conjunto de elementos es lo que a mí me hace señalar que el actual régimen está jalado en materia de política fiscal.
MEF perdió poder frente al Congreso y al gabinete
–Este régimen, particularmente el Ministerio de Economía, ha sido muy contemplativo al ceder a leyes del Congreso. Si tuviera usted que hacer una retrospectiva ¿se ha visto un MEF así años antes?
Los ministros de Economía han tenido poca estabilidad. Solamente en el gobierno de Boluarte, ya tenemos cuatro ministros de Economía. En segundo lugar, en el contexto de estas tensiones políticas y en este aumento de poder del Congreso de la República, el Poder Ejecutivo en su conjunto es un gobierno débil. Y eso alcanza al Ministerio de Economía también, que ha perdido poder frente al Congreso, pero también dentro del gabinete.
Por las decisiones que se toman, yo podría decir que el actual ministro de Economía, Pérez Reyes, es incompetente en materia de política fiscal porque no se puede entender cómo un ministro acepte de manera alegre que se reduzcan los ingresos del gobierno en esa magnitud, y que no nos diga cómo es que se va a financiar. Además, esta es una norma que afecta de manera permanente a las finanzas públicas, porque estamos transitando hacia un régimen en donde se pone más énfasis a la coparticipación tributaria. Es decir, ya no son dos puntos del IGV para el Foncomun, sino son cuatro. Entonces, el Ministerio de Economía está renunciando a su capacidad discrecional de aprobar el presupuesto de la República cada año. Un ministro que renuncia al manejo de la política fiscal, parcialmente, es alguien que no tiene competencia para ser ministro porque está debilitando de manera permanente la política fiscal del país.
¿Ese forado de S/10.000 millones con qué se va a financiar?
Hay dos caminos. El camino más probable, y ya lo estamos viendo, es que el déficit fiscal está aumentando. Para evitar que el déficit fiscal aumente — y en consecuencia, el endeudamiento — el otro camino es que el gobierno central contraiga su propio gasto. El gasto del gobierno central es rígido. ¿Qué tendría que contraer? Planillas, no puede. Pensiones, tampoco. Gastos sociales, muy difícil. Va a tener que contraer inversión pública. Otra señal de incompetencia. La estructura de la inversión pública va a cambiar, reduciendo los proyectos de inversión del gobierno central, que por lo general son de una dimensión mayor, y aumentando los proyectos de los municipios, que por lo general son proyectos más pequeñitos, más atomizados.
Esta norma nos lleva a agravar un problema que ya existe, que es atomizar el tamaño de las inversiones públicas. En consecuencia, hacerlas menos productivas y más ineficientes. Esa es la gravedad de la norma, aparte del tema del crecimiento del déficit. Es decir, estamos reduciendo el crecimiento potencial de la economía.
–¿Y esta consecuencia se podría ver reflejada ahora o en la próxima administración?
Esta norma que aprobó el Congreso rige a partir del año 2026 y en adelante. Los platos rotos los paga a partir del próximo gobierno. Ciertamente de manera gradual. Esto se va a aplicar a partir del año 2026, 2027, 2028, y luego alcanza su nivel de dos puntos del Foncomun y se establece de manera permanente.
–Me llama la atención que Pérez Reyes, al ser ministro no haya anticipado las consecuencias, que hoy creo que todo economista coincide en que esto perjudica las finanzas públicas. ¿Por qué sale a decir que esta no va a tener ningún impacto fiscal?
Tenemos que tener en cuenta que esta norma que es impulsada por el Congreso, es una norma que se da además en un año preelectoral para las municipalidades. Sabemos que los alcaldes en el último año hacen obra, y entonces le está dando a los alcaldes la posibilidad de hacer mucha obra en su último año de gestión. Pero además tenemos que preguntarnos quiénes han sido los partidos políticos que han aprobado esta norma en el Congreso.
Alianza Para el Progreso, que es el partido político que tiene más alcaldías subnacionales, es la que ha impulsado este proyecto junto con otros partidos como Somos Perú, que es el segundo partido que tiene más alcaldías. Entonces estos partidos están legislando a favor de sus alcaldes, a favor de sus tiendas políticas y en contra del Perú. El ministro Pérez Reyes está permitiendo esto, y no tiene argumentos técnicos para sustentar la medida.
Decir que no tiene efecto fiscal es absolutamente falso, porque impacta en el déficit, en la estructura de inversión, en la productividad de la economía, por lo tanto, en su crecimiento potencial. No solo tiene efecto fiscal, sino también económico. Y el segundo argumento que dio es que el fisco iba a recuperar el dinero rápidamente, porque en cuatro años iba a recaudar lo que hoy deja de recaudar. Es decir, no tomó en cuenta el valor del dinero en el tiempo, ni que esta es una medida permanente, y cualquier reforma tributaria que el fisco haga en el futuro para mejorar los ingresos y permita mejorar la recaudación, automáticamente se coparticipa con los municipios también. Le ha quitado rigidez al manejo de la política.
Se agotarían los últimos ahorros fiscales del Estado
–¿Qué peligrosidad tiene flexibilizar la regla fiscal constantemente? ¿Ttiene un efecto más allá de la credibilidad y del endeudamiento?
La regla fiscal asegura que seamos responsables en el manejo de las finanzas públicas del país como los ingresos y gastos del Estado. Es como que una familia tiene que ser responsable en el manejo de sus finanzas. La regla pone un techo al déficit. No podemos gastar mucho más de lo que recaudamos. Y hay una segunda regla, muy importante también, que le pone un techo a la deuda pública.
El déficit y la deuda pública son dos caras de la misma moneda. No podemos endeudarnos más allá de lo razonable. Si nosotros violamos las reglas, a la larga nos endeudamos más allá de lo razonable. Llega un momento en que le presta dinero a usted y está viendo que se está endeudando más allá de lo razonable, va a decirle, si quieres tomar más deuda me vas a tener que pagar más tasa de interés o llega un momento en donde le dicen: lo siento mucho, ya no puedes tomar más deudas. Por eso es que tenemos que ser responsables en el manejo de las finanzas. El Perú ha incumplido sus reglas durante dos años consecutivos. La regla del déficit, fundamentalmente, y está fuera de regla en materia de deuda pública.
Tenemos que converger a un nivel inferior al 30%. No estamos convergiendo porque el ministro actual y los anteriores también nos decían: ¡No! la deuda es baja. Sí, la deuda de Perú es baja porque hemos hecho el trabajo bien en los últimos años, pero no estamos convergiendo. Por el contrario, no solo hemos incumplido dos años la regla fiscal del déficit, sino que para evitar que la deuda pública aumente, estamos financiando el déficit con los ahorros fiscales. Es absolutamente irresponsable.
En la deuda bruta no se ve que crece, pero en la deuda neta que descuenta los ahorros fiscales, ha crecido casi 20 puntos del PBI en la última década. Nos estamos autoengañando. Entonces, cuando el ministro actual permite una norma como el Foncomún y automáticamente eleva el techo de la deuda, está diciendo, estamos incumpliendo por tercer año consecutivo la regla. ¿Y cómo vamos a financiar esa mayor deuda? Nos vamos a consumir los últimos ahorros fiscales que quedan y vamos a entregar una situación absolutamente inmanejable para el próximo gobierno.
– La trayectoria de la regla fiscal para converger al 1% hacia el 2028 inevitablemente va a tener que alargarse en todo caso..
Sin ninguna duda, el ministro hasta el momento nos ha dado la información incompleta. Ha dicho que va a elevar el techo de deuda para este año, pero no nos ha dicho cómo va a modificar la trayectoria. Sin ninguna duda la va a alargar casi hasta el final del mandato del próximo gobierno. Está dejando al próximo gobierno atado de manos, pero al mismo tiempo quiero alertar sobre un riesgo.
Esto que estamos comentando aquí y que todos los economistas serios conocen y afirman está siendo visualizado por las clasificadoras de riesgo por Moody’s, Fitch, Standard & Poor’s. Nosotros hemos venido bajando escalones en nuestra calificación crediticia por el mal manejo de la política fiscal. Hoy estamos apenas uno o dos escalones arriba del grado de inversión. Estas medidas, el incumplimiento por tercer año consecutivo, han elevado la probabilidad de que estas clasificadoras nos bajen un peldaño más y nos dejen a puertas de perder el grado de inversión que tantos años le costó al Perú recuperar.
Si hay ese riesgo de perder el grado de inversión, ¿qué impacto puede tener el Perú y sobre todo, el ciudadano de a pie?
Las calificadoras de riesgo miran la salud de las finanzas públicas. En la medida que esa salud de las finanzas públicas se deteriora y en la medida en que la perspectiva al deterioro es creciente, ellas nos rebajan la calificación crediticia. ¿Qué significa eso? Que cuando el Perú quiera salir nuevamente a los mercados internacionales a colocar bonos para financiar su deuda, las tasas de interés para pagar esa deuda van a ser crecientes, van a aumentar.
Eso no solo afecta las tasas de interés a las que tomamos deuda. Dichas tasas son un punto de referencia para las tasas de interés del sistema financiero cuando otorgan créditos. Entonces nos perjudicamos todos porque los créditos de consumo suben, los créditos hipotecarios suben, y las mayores tasas de interés que pagamos por la deuda las pagamos todos los peruanos de nuestros impuestos. Así como el Foncomún quita espacio al gasto del gobierno central, las tasas de interés más altas por la deuda pública quitan espacio a todo el gasto del gobierno también.
–¿Cómo observa la recaudación tributaria? ¿Estamos en la senda de recuperar la caída pronunciada que se tuvo en el 2023?
Todo este escenario que estoy describiendo se da en un contexto favorable de los precios de los commodities, de los precios de los minerales que el Perú exporta. Es decir, si los precios de los minerales que hoy día se encuentran en niveles récords no estuvieran en este nivel, la situación sería mucho más grave.
Cuando nosotros miramos hoy en cuánto está la recaudación tributaria del Perú, que crónicamente somos un país con baja recaudación, pero que sube cuando los precios de los metales mejoran, este año los niveles de recaudación, y en los años anteriores, están alrededor del 14% del PBI, un nivel sumamente bajo. Lo usual es que cuando los precios de los minerales están en buen nivel, la recaudación sube al 16%, 17%, 18% del PBI. Eso no está pasando en esta oportunidad. ¿Y por qué no están pasando? Por todos los desmanejos que describí en materia tributaria.
–Si los términos de intercambio están siendo favorables en este tiempo como una suerte internacional que recae en este gobierno, ¿qué se está dejando de aprovechar?
Se suele decir que cuando los precios de los minerales suben, obviamente eso impacta favorablemente en la economía peruana, impacta favorablemente en el crecimiento, en la recaudación, y reduce el déficit. A eso se le llama las ganancias que trae el viento. Tú no haces nada y eso favorece a la economía. Esos precios hoy día están muy bien. Eso está favoreciendo de manera importantísima al valor de las exportaciones y al crecimiento. La cuenta corriente de la economía peruana está en niveles positivos durante varios trimestres, pero eso no está favoreciendo las finanzas públicas.
Boom minero actual, pero crecimiento económico mediocre
Pero tomando en cuenta ese elemento de bonanza de precios récord de los metales, es irrisorio en todo caso un crecimiento del 3%, porque cuando se ha visto esta situación similar en el pasado, el Perú crecía a tasas de 5%, 6%. Usted me lo puede diagnosticar mejor.
Sin duda alguna, en el anterior boom de los metales, la economía crecía 6% 7%, 8% por año. En este boom el crecimiento es mediocre, y lo es por las debilidades estructurales de la economía peruana y por esta inestabilidad política que genera incertidumbre y no permite que la inversión privada crezca a tasas superiores a las de hoy.
–En suma, ¿qué herencia le está dejando el gobierno de Dina Boluarte a la próxima administración? Ya estamos cerca de un año para las elecciones presidenciales.
El ministro anterior de Economía (José) Salardi, dijo algo que yo considero que no era verdad. Dijo que estaba dejando la casa ordenada. Y la casa no está ordenada, cada vez se desordena más. Si nosotros hacemos un análisis de las transiciones de gobierno que ha habido en este siglo, desde el año 2000 en adelante, esta va a ser la transición en donde el déficit fiscal que se transfiere al gobierno entrante es el más elevado del siglo
El 62% de peruanos cree que el empresariado influye en gran manera en el gobierno. ¿En qué factores se sustenta según su lectura?
Yo no dudo que haya en el Perú buenos empresarios que arriesgan e invierten por el país, pero tampoco tengo dudas de que hay mucho mercantilismo que se manifiesta en la búsqueda de privilegios tributarios, en el lobby que se hace con el Congreso. El extender durante tantos años beneficios al sector agroexportador, ya no los necesita. El drawback que Arista había aprobado eliminar, el siguiente (Salardi) lo restableció. La reducción del IGV a restaurantes y hoteles, los privilegios en los fallos del Tribunal Fiscal sin sustento económico alguno, la amnistía otorgada por el Tribunal Constitucional, que no tengo duda que hubo un lobby enorme. Todos esos elementos nos hablan de un mercantilismo en una parte no menor de nuestro empresariado.
-Y uno de los caballitos de batalla es la ley Chlimper 2.0 ¿Cuál sería la gravedad, considerando ahora la última modificación de una extensión permanente al eliminar el periodo de 10 años?
El Código Tributario, que tiene muchísimos años de vigencia, tiene una norma que señala que los privilegios tributarios, se deben dar de manera sustentada y por un periodo de tres años. Culminado ese periodo, debe evaluarse si la exoneración y el beneficio ayudó a cumplir el objetivo para poder ser renovada por tres años más y nada más. Esto que establece en el Código Tributario, una ley aprobada por el Congreso, nunca se cumple. Y lo pernicioso de esto es que hoy día está pasando con la complacencia del Ministerio de Economía y Finanzas, que es y siempre ha sido el guardián de la Caja Fiscal.
–¿Qué nota le pone a José Salardi?
Yo he vivido la política fiscal de cerca, desde 1980, cuando por mérito ingresé al Banco Central de Reserva. Este manejo de la política fiscal actual del país me hace acordar mucho al manejo de fines de la década de los ochenta, donde la irresponsabilidad fiscal nos llevó a una hiperinflación en el país. Si eso, hasta el momento, no está ocurriendo, es porque la gran diferencia la hace el Banco Central de Reserva, que cumple su rol en materia de política monetaria. Pero los últimos ministros de economía no están haciendo su tarea en materia de política fiscal. Yo jalaría a todos los ministros de economía de este régimen.
-Se ha reducido la pobreza del 29% al 27,5%, pero hay más de 9 millones en esta condición. ¿Es alentador este resultado o engañoso?
En el último año la pobreza disminuyó, había crecido post-pandemia y no hemos recuperado, no hemos retornado a los niveles de pobreza que existían antes de la pandemia. Entonces eso no nos puede llevar a decir que estamos teniendo éxito de ninguna manera. No hemos alcanzado los niveles previos a la pandemia.
Hay dos instrumentos para reducir la pobreza, pero antes de eso quisiera decir que en el último año, la pobreza se ha reducido principalmente por la reducción de la inflación y porque en esa reducción ha habido un factor muy importante que es la caída del precio de los alimentos. Eso ha ayudado a reducir la pobreza.
De aquí al futuro hay dos elementos fundamentales para reducir la pobreza. El primero es el crecimiento, sin duda alguna, y el segundo son los instrumentos de la política fiscal, precisamente, que son los impuestos y el gasto público que deben ser usados adecuadamente en programas de reducción de la pobreza como se ha venido haciendo en años anteriores.
El Estado subsidia la minería ilegal
Estamos cerca de entrar a la campaña electoral y usted ha sido muy crítico en sus redes sociales. Ha dicho que el poder está capturado por las mafias. ¿Cómo se puede vencer a estas organizaciones?
Me gustaría hacer un disclaimer (aviso). Yo soy militante y jefe del plan de gobierno del Partido Morado, al que me afilié hace casi tres años. Como político he señalado que ya podríamos considerar que el Estado peruano es un Estado capturado por las mafias, por las economías criminales para ser más específicos. Y estamos hablando específicamente del narcotráfico, de la minería ilegal. Todos sabemos que la economía criminal que más ha crecido en los últimos años es la de la minería ilegal.
Uno de cada dos dólares que exportamos de oro es oro ilegal. Y esta economía criminal trae muchos males para la economía peruana. Contamina de manera escandalosa, genera explotación de niños y jóvenes, deja de pagar impuestos y trae el crimen tal como el asesinato de trece mineros en Patáz. Sabemos que hay varios partidos políticos que son financiados por estas economías criminales, que tienen entre sus filas a representantes de estas economías criminales, que legislan en el Congreso a favor de estas economías criminales.
Entonces los partidos políticos tenemos como responsabilidad denunciar estos hechos y por supuesto presentar soluciones. El Estado, a través de dos instrumentos, promueve la minería ilegal, no solamente a través del Reinfo, sino económicamente. El problema es que nosotros hoy día no cobramos regalías a los comercializadores de oro, cobramos regalías a los productores. Entonces deberíamos presentar una ley para modificar la ley de la regalía.
En segundo lugar, existe exoneración del (impuesto) selectivo a los combustibles en zonas en donde hay explotación intensiva de minería ilegal, por ejemplo el caso de Madre de Dios, donde es una minería más pluvial. Allí no se paga impuestos a los combustibles. Entonces como Estado estamos subsidiando una actividad ilegal, una actividad criminal.
En tercer lugar, no estamos combatiendo la ilegalidad focalizándonos en las plantas en donde se lava el oro, donde se hace la transformación. Y finalmente, el registro de mineros informales, que es lo que permite con su prórroga permanente y con la inacción de gobiernos regionales y del propio Ministerio de Energía y Minas de no contribuir a la formalización. El Reinfo se convierte finalmente en una herramienta que permite todos estos males.
–Siempre se dice que cada Congreso entrante es peor que el anterior. ¿Tiene esperanza de que esto al menos pueda atenuarse en un contexto muy atomizado de partidos políticos?
Si bien es cierto que el sistema electoral está diseñado por los actuales partidos que están en el congreso para que estos partidos puedan perpetuarse en el poder, puedan continuar en el poder, de otra manera no se puede explicar por qué se eliminaron las elecciones primarias libres de todos los partidos de manera simultánea que se les llama la paso, de otra manera no se entiende cómo se ha permitido que puedan inscribirse 43 partidos, muchos de ellos que son cascarones, es obvio que son cascarones y que no se ha verificado adecuadamente la feasciencia de las firmas.
Si bien es cierto todo está diseñado para que esta atomización de partidos favorezca a los partidos que hoy día se encuentran en el congreso, yo soy un peruano que tiene esperanza, tiene esperanza para que esta situación pueda cambiar en las próximas elecciones.
¿El partido morado ya tiene un candidato predilecto que ustedes a la interna están viendo con perspectiva?
A nosotros nos hubiera gustado que Francisco Sagasti hubiera candidateado por el partido. Sin embargo, él dio razones valederas, dijo que ya tenía 80 años y que no iba a candidatearse en estas elecciones, nosotros hemos respetado esa situación.
El presidente del partido morado Luis Durán ha hecho un anuncio, que en el partido existen personas honestas, con experiencia para tentar la presidencia de la República. Ha señalado que Mesías Guevara, exgobernador de Cajamarca es una de esas tres personas que tiene las calificaciones, también que el excongresista por Apurímac, Richard Arce, es otra de las personas y ha indicado que él como presidente del partido lleva hoy el peso político de la campaña y también tiene las calificaciones para tentar la presidencia.
Es claro que la economía y la política no pueden actuar en cuerdas separadas
Con toda seguridad, nosotros como peruanos tenemos que contribuir a fortalecer a los partidos políticos como instituciones. Todo este diagnóstico que hemos hecho en la parte económica nace de partidos que en el Congreso aprueban leyes y las fiscalizan. No va a ser posible que nuestro Perú salga de esta situación crítica en la que hoy se encuentra sin partidos políticos fuertes y democráticos conformados por peruanos honestos. Eso es lo que estamos tratando nosotros de hacer en nuestro partido.
–¿Cuáles son las tres taras que el Perú de hoy enfrenta?
Muchas. Una es la debilidad en nuestras instituciones, la falta de meritocracia. Necesitamos construir un estado sólido, fuerte, técnico, digital. Y una tercera es que nos hacemos la guerra entre peruanos. Nos falta luchar mucho para que juntos, unidos podamos superar los problemas de lo que hoy estamos hablando
