
El dólar estadounidense está viviendo uno de los momentos más críticos de su historia. En un movimiento que tiene implicaciones geopolíticas y económicas profundas, 11 países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) han decidido dejar de usar el dólar en sus transacciones internacionales. Esta decisión se enmarca dentro de un proceso más amplio conocido como «desdolarización», que busca reducir la dependencia del dólar y fortalecer las monedas locales en un contexto global cada vez más multipolar.
Este cambio se ha acelerado a partir de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia en 2022. Los países de la CEI han buscado, por lo tanto, alternativas a la moneda estadounidense, con el fin de mantener su independencia económica y política. La transición hacia el uso de monedas locales podría marcar un cambio significativo en la dinámica económica global, alterando el dominio histórico del dólar como la principal moneda de intercambio mundial.
¿Cuáles son los países que han abandonado el dólar y qué buscan con esta medida?
Los países de la CEI que han tomado la decisión de dejar atrás el dólar son Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Ucrania. Aunque Ucrania ha tenido tensiones recientes con Rusia, la mayoría de estos países comparten fuertes lazos económicos y han decidido unirse en esta estrategia común. La razón detrás de este cambio no solo responde a factores políticos, sino también a la necesidad de fortalecer las economías locales y diversificar sus reservas.
Al reducir la dependencia del dólar, los países buscan:
- Fortalecer sus monedas locales en el mercado internacional de divisas.
- Mitigar los efectos adversos de las sanciones impuestas por potencias extranjeras.
- Diversificar sus reservas con activos como el oro, para reducir los riesgos asociados a la volatilidad del dólar.
¿Qué repercusiones tendrá la desdolarización en el comercio internacional?
La desdolarización plantea un reto significativo para la economía mundial. A medida que los países de la CEI disminuyen su dependencia del dólar estadounidense, surgen nuevas dinámicas comerciales basadas en el uso de monedas locales, lo que podría fortalecer la estabilidad económica en la región. No obstante, este proceso también podría debilitar la influencia de Estados Unidos en los mercados globales y afectar el valor del dólar en el futuro.
Con la creciente adopción de monedas locales en las transacciones internacionales, los mercados podrían experimentar una mayor competencia entre divisas. A medida que otras economías emergentes sigan este camino, el dólar podría enfrentarse a una menor relevancia como moneda global, lo que podría modificar el equilibrio financiero internacional y desafiar su rol como principal moneda de reserva.
¿El dólar perderá su dominio global?
La reducción del uso del dólar en el comercio global podría manifestarse de forma gradual, con consecuencias que se percibirán en los años venideros. Conforme más naciones adopten el uso de sus propias divisas en las transacciones internacionales, la preeminencia del dólar podría disminuir. No obstante, la magnitud de este cambio dependerá en gran medida de la reacción de las principales potencias económicas, especialmente Estados Unidos, que podría verse en la necesidad de ajustar sus políticas a este nuevo panorama financiero.
