
El fiscal anticorrupción de funcionarios públicos, Reynaldo Abia Arrieta, pidió la detención de ocho involucrados en el caso del programa de alimentación escolar Qali Warma. Pero ese día, viernes 20 de junio, dos personajes clave burlaron la orden judicial: los cónyuges Deyvis Espinoza Mendoza y Yesabella Pazos Cribillero.
La importancia de la detención de la pareja de esposos radica en que ocupaban posiciones estratégicas en las sedes centrales de Qali Warma y en la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa), en Lima, y que cumplían funciones vitales para las contrataciones millonarias de alimentos.
Deyvis Espinoza es un especialista en alimentos y estándares de calidad y laboraba en la Unidad de Prestaciones de Qali Warma. Y Yesabella Pazos actuaba como inspectora del área de certificaciones y autorizaciones de la Digesa. Sus funciones eran complementarias. Mientras Espinoza determinaba las características de los productos que los proveedores debían comprar, su esposa aprobaba si estos cumplían o no los requisitos. ¡La confabulación perfecta!
Según la declaración de testigos ante el fiscal Reynaldo Abia, los cónyuges no sólo recibían sobornos para favorecer a los enlatados de carne “Don Simón” de Frigoinca, sino también de otros fabricantes de alimentos para que sus productos sean adquiridos obligatoriamente por los proveedores contratados por Qali Warma.
Un esquema de corrupción
Conforme a las imputaciones presentadas por el fiscal Reynaldo Abia ante el Poder Judicial para requerir el arresto de Deyvis Espinoza y Yesabella Pazos, los esposos modificaban las especificaciones técnicas de los alimentos para que encajen con las características de los productos de Frigoinca y de otras empresas.
Quiere decir que además de Frigoinca, la empresa del fallecido Nilo Burga Malca, y cuyo gerente comercial era su hijo, Michael Burga Farro, había otras fábricas de alimentos que también pagaban sobornos a los funcionarios para que aprobaran sus productos. Por eso la detención de la pareja de esposos es trascendente. La fiscalía espera que se entreguen y se acojan a la colaboración eficaz para que delaten a las fábricas de alimentos que pagaban coimas.
Los cónyuges además recibían dinero por otro tipo de “servicio”. Algunas empresas les pagaban para que les filtren datos sobre las ofertas de sus competidores, para de esta manera mejorar el precio o los componentes de los enlatados. También recibían sobornos por alertar sobre eventuales operaciones de inspección de las conservas de carne, pollo o pavita, y así presentar muestras adecuadas para evitar observaciones.
La cúpula en la sombra
El propósito de la fiscalía para pedir la detención de los cónyuges también está relacionado al interés de saber si actuaban por su cuenta o cumplían disposiciones de sus superiores, tanto en Qali Warma como en la Digesa.
Esto se desprende de la investigación que les atribuye los presuntos delitos de organización criminal y cohecho pasivo propio, lo que quiere decir que eran parte de un esquema de corrupción en el que ejecutaban órdenes de la cúpula.
La testigo Noemí Alvarado Llanos, trabajadora de confianza del gerente de ventas de Comercialización, Michael Burga Farro, ha entregado a la fiscalía pruebas documentales de los sobornos a Deyvis Espinoza y Yesabella Pazos, lo que confirma que existió un mecanismo de corrupción enquistado en Qali Warma y la Digesa para favorecer a Frigoinca y otras empresas, y así estas obtengan millonarios contratos durante varios años.
Sorprendentemente, eran los mismos funcionarios los que ofrecían a las empresas sus “servicios” por montos mensuales, conforme a las manifestaciones de los testigos que han declarado ante la fiscalía.
“Deyvis Espinoza le propuso (a Noemí Alvarado, representante de Frigoinca) que si quería algún cambio en las especificaciones técnicas (de los productos) le avise, porque él podía hacer cambios en las mismas, indicando además que así operaban las demás empresas productoras (de alimentos), entre ellos Gambrinus y CAAS Alimentos”, señalaron los testigos.
“Esta unidad de Lima (de Qali Warma donde laboraba Deyvis Espinoza era clave, toda vez que ellos confirmaban los volúmenes que proponen los especialistas alimentarios y la elaboración de las especificaciones técnicas de los productos del programa. Estos también solicitaban dinero a la empresa Frigoinca a través de Noemí Alvarado Llanos, y Michael Burga Farro. Un pago mensual de S/5,000 aproximadamente”, precisaron.
