Cientos de palestinos están abandonado sus hogares en Ciudad de Gaza, huyendo de los bombardeos israelíes que se han intensificado en las últimas horas a las puertas del municipio, el más grande de los territorios ocupados palestinos. Más de un millón de civiles se encuentran en Ciudad de Gaza y se ven forzados por enésima vez -tras 22 meses de guerra- a huir a otras partes de la Franja, ante la amenaza israelí de una nueva ofensiva contra Hamas que esta vez promete tomar el control total de la urbe.
Las autoridades israelíes aprobaron este miércoles el plan militar para tomar la ciudad, aunque se espera aún la última palabra del jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir. Tel Aviv planea movilizar a 60.000 reservistas en tres tramos, en una operación que podría iniciarse a principios de septiembre, según medios israelíes. De momento, el ejército anunció «acciones preliminares» de sus tropas en las afueras de la ciudad, con bombardeos en los barrios de Sabra y Tuffah, al norte del municipio. Varios residentes locales relataron a la agencia AP que el sonido de aviones y drones es constante en la zona desde hace varios días.
Densamente poblada, Ciudad de Gaza conserva algunos barrios que no han sufrido daños severos durante el transcurso de esta guerra, en la que cerca del 80% de las viviendas e infraestructuras clave han quedado prácticamente inhabitables. Fuentes israelíes señalan que el ejército no había intervenido en la ciudad hasta ahora porque cree que Hamas esconde a algunos de los 20 rehenes que quedan con vida en el enclave. La ofensiva militar también podría afectar a dos importantes campos de refugiados en la ciudad, construidos tras la creación de Israel en 1948 y que albergan desde entonces a miles de familias palestinas desplazadas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que Israel permitirá a los civiles huir a «zonas seguras designadas» donde «recibirán abundante comida, agua, atención médica, como hemos hecho antes», aunque no dio detalles sobre la ubicación de estos supuestos lugares seguros. En las últimas horas, cinco palestinos murieron en un ataque con drones en la ciudad de Jan Yunis, al sur de Gaza.
Desde hace días, decenas de familias están huyendo a pequeños municipios a lo largo de la costa, mientras otras se desplazan a pie hacia el sur, a Jan Yunis o a la ciudad fronteriza de Rafah, una zona prácticamente inhabitable y en ruinas tras el paso del ejército israelí. El mes pasado, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, sugirió levantar una «ciudad humanitaria» entre las ruinas de Rafah -colindante con Egipto- para trasladar allí a gran parte de la población de Gaza. Naciones Unidas ha criticado esta nueva ola de desplazamientos por la inminente ofensiva israelí y alertó sobre la falta de lugares seguros en el enclave.
«Obligar a cientos de miles de personas a desplazarse hacia el sur es una fórmula mágica para un desastre aún mayor; podría equivaler a un traslado forzoso», declaró en un comunicado la agencia humanitaria de la ONU, OCHA. «Cientos de familias se han visto obligadas a huir, incluidos muchos niños, personas con discapacidad y personas mayores, sin un lugar seguro al que ir», advierte la nota.
Las dificultades para huir de los combates se suman al rápido deterioro de las condiciones humanitarias en la zona, debido al bloqueo de entrada de alimentos, combustible y medicamentos en el enclave. La OCHA denunció que miles de civiles en Ciudad de Gaza «permanecen atrapados, completamente privados de alimentos, agua y medicamentos». En las últimas horas se han registrado dos muertes por hambruna y desnutrición en la Franja de Gaza, según anunció el Ministerio de Salud gazatí. El número de fallecidos en total por inanición alcanzan los 271, la mitad de ellos niños. Mientras tanto, continúan los ataques del ejército israelí contra solicitantes de ayuda en los puestos de entrega humanitaria en el centro y sur del enclave, con 18 muertos en las últimas horas y un total de 2.036 fallecidos desde que se implementó este sistema a finales de mayo.
El ejército israelí planea la ofensiva contra Ciudad de Gaza en medio de un creciente rechazo internacional por los ataques contra solicitantes de ayuda y la hambruna en el enclave provocada por las restricciones israelíes a la entrada de alimentos. De momento, Israel no se ha pronunciado sobre la última propuesta de alto el fuego que han puesto sobre la mesa Qatar y Egipto, que cuenta con el apoyo de Hamas. Los equipos mediadores han anticipado que la iniciativa de tregua es «casi idéntica» a una que aprobó Israel semanas atrás y que contempla un cese de los combates durante 60 días, así como la liberación de rehenes a cambio de permitir la entrada de alimentos a Gaza.

