
Durante su audiencia en la Plaza de San Pedro del 21 de mayo, el Papa León XIV pidió que dejen entrar a la Franja de Gaza la ayuda humanitaria tras la crisis generada por el bloqueo israelí, y también que se ponga fin al «desgarrador» sufrimiento de su pueblo. Ante alrededor de 40.000, el pontífice estadounidense exigió la libertad para todos los rehenes israelíes y un alto el fuego «inmediato«.
«Renuevo mi llamamiento a consentir la llegada de una ayuda humanitaria digna y a poner fin a las hostilidades, cuyo precio angustioso están pagando los niños, los ancianos y las personas enfermas», expresó. León XIV volvió a pedir por la paz en el enclave palestino, a lo que ya hizo alusión en el rezo del Regina Coeli durante su misa de entronización, en la que señaló que «los niños, las familias y los ancianos están siendo llevados a la hambruna».
En su primera audiencia general desde el Vaticano, el Papa León XIV hizo un llamado para que se pueda facilitar el ingreso urgente de ayuda humanitaria a Gaza. Denunció el sufrimiento extremo de los civiles atrapados en medio del conflicto, con especial atención a los niños, ancianos y enfermos que no tienen acceso a alimentos, medicinas ni servicios básicos.
El pontífice enfatizó que el respeto al derecho internacional humanitario debe prevalecer sobre cualquier interés político o militar. Su mensaje no solo fue dirigido a líderes mundiales, sino también a organismos internacionales y grupos humanitarios, instándolos a actuar de forma coordinada para aliviar la tragedia humanitaria en Gaza.
Desde su elección, León XIV se proyectó un pontificado profundamente comprometido con la paz y la justicia social. Durante su intervención en la Plaza de San Pedro, dejó claro que su misión será tender puentes entre comunidades divididas y abogar por el fin de los conflictos armados en todo el mundo, comenzando por Gaza.
El mensaje del nuevo Papa resuena con fuerza entre los fieles, ya que posiciona la Iglesia como agente activo en la diplomacia humanitaria. Su enfoque refleja una continuidad con la Doctrina Social de la Iglesia, pero con un estilo más directo y comprometido con las crisis contemporáneas.
El papa León XIV resaltó el rol del Vaticano no solo como institución espiritual, sino también como mediador en conflictos internacionales. En el contexto del conflicto entre Israel y Hamás, el Papa reafirmó que la Santa Sede puede y debe ser una voz influyente en los llamados a la paz y la reconciliación.
Esta postura redefine la presencia del Vaticano en la geopolítica mundial, al integrarse en esfuerzos diplomáticos orientados a lograr salidas pacíficas en zonas de conflicto. Representa el comienzo de un liderazgo con alcance internacional, centrado en la protección de los derechos humanos como prioridad fundamental.
